Mi nombre es Mayerling Cofré. Viví y crecí en Ciudad Guayana, soy de Puerto Ordaz Estado Bolívar, Venezuela tierra del Oro Diamante Plata Acero y todos los minerales. La música autóctona de allí es el Calipso, y su comida es el palo'apique. Pude quedarme en Venezuela y luchar hasta el final, pero luego que tuve a mi hijo vi su fragilidad y su padre decidió separarse de nosotros al mes de haber nacido para mandarnos dinero para la comida y luego para los pasajes, no quería dejarnos a "pasar vaina" como dicen. Él me propuso estar un tiempo aquí hasta que mejorara la situación de Venezuela y poder volver, mi familia estuvo de acuerdo. Pasaron cuatro meses hasta que llegó el día de salir de Venezuela. Fue lo mejor que me ha pasado, conocer Colombia, su gentilicio y cómo salen a trabajar de lo que sea, a rebuscar, a ingeniar. Está es mi escuela de supervivencia y de aquí le enseñó a la familia, amigos y conocidos que siguen llegando, qué es agarrar una cesta y vender caramelos en un semáforo o chicharrones sin bajar la cara, hacer manualidades o hasta la manicura, y llevar hojas de vida a todos los lugares donde solicitan personal. Fue una travesía muy dura tener que dejar mi casa, mis padres, mi familia, por mi hijo de 6 meses. Tuve que salir porque mi bebé se enfermaba a cada rato. Mi esposo se vino primero y me hizo la promesa de que cuando empezara a trabajar en Colombia nos mandaría los pasajes. Así fue, yo amamantaba a mi bebé durante el viaje. Hicimos como tres trasbordos y de Cúcuta a Bogotá hicimos cuatro. Fueron dos días y medio de viaje.